domingo, 17 de enero de 2016

Todo empezó en un garaje (¿o fue en un tejado?)


Escuchaba ayer una interesante charla de Linda Castañeda (@lindacq) sobre la importancia de tejer tu propia red de aprendizaje. En ese taller, hablaba de un aprendizaje en el que lo más importante son las conexiones y no tanto los contenidos, un aprendizaje formal e informal, online Y offline y, en general, de todo lo que aprendemos a través de las personas que forman nuestra propia red.

En el mismo taller planteaba la necesidad de relacionarse, de utilizar las redes sociales y, en concreto, los blogs para difundir tu trabajo, tus dudas, tus intereses... y abrirte a tu network.

Hoy me he levantado y, como cada día, he acudido a las redes sociales y, en Facebook, alguien que me conoce bien me había recomendado este vídeo:


Viendo -y escuchando- el vídeo mi cerebro ha empezado a hacer conexiones. He pensado en todas las empresas que, según la "mitología" comenzaron en un garaje, he pensado en el proceso que habrán seguido para llegar a producir este vídeo -aparentemente- tan sencillo, he pensado en la mente que habrá ideado este arreglo (¿sería una persona o un trabajo colectivo?) y todo ello me ha llevado de vuelta al taller de Antonio Domingo (@_antoniodomingo) al que hacía referencia en mi anterior post.
En su taller, Antonio Domingo justifica con datos la importancia de la música en el desarrollo integral de la persona, e insiste en la necesidad de trabajar la música desde la práctica, desde proyectos concretos que tengan un objetivo, a ser posible, a corto plazo.

El caso es que veo a los seis jóvenes del vídeo pasándoselo bien mientas hacen música y no puedo dejar de pensar en mi alumnado y en la necesidad de "dar la vuelta" a mis clases. Learning by doing, parece que todo me lleva en la misma dirección pero aún hay miedos, reticencias, excusas...

Otra de las personas que integran mi PLN -un docente escocés con el comparto despacho y conversaciones cada día- me recomendaba recientemente la música de este joven que, desde el tejado de su edificio en Edimburgo, emula -a su manera- a The Beatles o a U2.



Calidad, creatividad, originalidad, humildad, trabajo bien hecho... nada de estridencias, grandes estudios de grabación, bailarines, escotes y vestuarios llamativos porque, como decían mis mayores "No hay como lo poco cuando es bastante".

Gracias a tod@s los que formáis mi PLN por ayudarme y acompañarme en mi camino.

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